domingo, 29 de septiembre de 2013

EL PORQUE LOS RAYOS DEL SOL FORMAN TRIANGULOS CUANDO ATRAVIESAN LAS NUBES

 

sol

Un verdadero fenómeno paranormal mostrándose con impunidad

El sol se encuentra a una distancia 10.000 diámetros terrestres, por tanto los rayos de luz que llegan a la tierra son prácticamente paralelos entre ellos, ¿como es posible entonces que los rayos de luz que aparecen en la imagen muestren direcciones tan diferentes?

Pareciera que el sol está a escasa distancia de las nubes, y que si hay un hueco entre ellas, se cuela un haz de luz, que va divergiendo según se acerca a la tierra, de forma que si el ancho del hueco es de 50 metros en las nubes, la proyección en el suelo es de 100. Por tanto la explicación es que arriba de las nubes, en la propia atmosfera debe de haber una zona de re-dispersión de la luz para que la emita como un cono, por ejemplo otra nube mas alta en donde rebota la luz del sol y la emite.

¿Seguro? Dejemos las bromas para el 28 de diciembre.

Lo cierto es, por sorprendente que pueda parecer, que esos rayos de luz deben de ser y son, paralelos. Cuando la luz atraviesa los huecos entre las nubes no crea conos, crea volúmenes cuyas secciones horizontales tienes todas y cada una de ellas la misma forma y área. El hecho de que parezcan conos es una ilusión óptica, que se debe a que a las distancias consideradas la visión estereoscópica humana deja de poder discernir la profundidad. Dando la impresión de que todos y cada uno de esos rayos de luz, incluso cada parte de esos  rayos de luz, se encuentran todos a una misma distancia, en algún lugar entre Bilbao y Baracaldo. Lo cierto es que los rayos de luz, y cada uno de sus tramos se pueden encontrar a distancias muy dispares, siendo que la geometría proyectada en la retina, trasforma cilindros en conos.

GEOMETRIA PROYECTIVA

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Ciertamente la geometría proyectiva trasforma las líneas paralelas en secantes. En los casos cotidianos, en los cuales podemos atribuir una distancia “psicológica” constante a lo largo de las líneas que se nos muestran como secantes, la percepción de la paralelitud hace aparición, siendo entonces que se produce la sensación de profundidad, necesaria para dotar a la imagen y a las atribuciones psicológicas de consistencia mutua. Pero cuando los métodos de atribución de esta distancia psicológica constante no funcionan (por falta de referencias, experiencia, o por estar fuera de la discernabilidad estereoscópica), la percepción de paralelitud no se manifiesta, a falta de ella no es necesaria la “profundidad” para la consistencia y la imagen se ve como líneas secantes pertenecientes a una misma distancia.